Leyendas Mexicanas

Todas las leyendas mexicanas que han pasado de generación en generación, reunidas en este blog.

El pueblo mexicano tiene desde sus inicios un lazo muy especial con la muerte, existen muchas tradiciones en torno a ella y uno de los eventos mas reconocidos internacionalmente en este aspecto es la celebración de día de muertos. Este evento ha sido inspiración para decenas de leyendas mexicanas que son muy apreciadas por el mundo entero y nos honra finalmente poder compartir una de ellas con todos ustedes.

En uno de tantos festejos de los fieles difuntos, hubo un hombre escéptico, que poco se creía la historia de que ese día los familiares fallecidos se levantaban de sus tumbas y tenían las puertas del mas allá abiertas para poder pasar hasta nuestro plano existencial y servirse de todas las ofrendas que dejamos para ellos tan cariñosamente. Mucho despreciaba esta tradición y no tenia empacho en despotricar en contra de ella y las personas que la disfrutaban al máximo.

Queriendo probar su punto de que esto era solamente una tontería, pasó días y días intentando encontrar un método para hacerlo, hasta que finalmente recordó que, según la creencia popular, los perros son capaces de percibir cosas que nosotros no, esto por supuesto incluía a los espíritus, y como su abuelo lo decía para tener las mismas cualidades, había que untarse las lagañas de los perros en los ojos. Ni tardo ni perezoso se dio a la tarea y se puso a vigilar un altar.

La mañana siguiente el desconcierto fue total, lo encontraron arrinconado en una esquina, en una posición extraña, con el rostro pálido, las mandíbulas desencajadas, una expresión de pavor total que ninguna persona presente había visto jamás, posiblemente el experimento tuvo éxito, pudo ver con ellos las cosas que los perros veían, pero no es posible elegir que ver, aunque el solo planeaba ver espíritus, seguramente se encontró con algo más, algo a lo que no le gustaba ser visto

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